El reciente triunfo de The Beatles en los premios Grammy con la canción «Now and Then», cinco décadas después de su separación, ha generado un debate significativo sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la música y sus implicaciones legales.
Este hito, logrado mediante tecnologías avanzadas que permitieron rescatar la voz de John Lennon y reconstruir la pieza, plantea interrogantes clave en torno a los derechos de autor, la propiedad intelectual y la autenticidad artística.
Uso de la IA en la restauración musical
«Now and Then» se originó a partir de una grabación casera de John Lennon en los años 70. Durante décadas, esta demo fue considerada irrecuperable debido a su baja calidad de audio. Sin embargo, con el uso de IA, se logró aislar y mejorar la voz de Lennon, permitiendo a Paul McCartney y Ringo Starr completar la canción con nuevos arreglos instrumentales.
El proceso se llevó a cabo utilizando tecnología de separación de audio, esta herramienta basada en IA identificó y aisló la voz de Lennon del ruido de fondo y los instrumentos, mejorando su claridad y permitiendo su integración en la nueva versión de la canción. Gracias a esta innovación, los miembros restantes de la banda pudieron trabajar con una pista vocal limpia y coherente, asegurando que la grabación mantuviera la esencia original de Lennon.
Si bien esta tecnología ofrece oportunidades en la música y otras formas de arte, también genera preocupaciones legales sobre el uso de la IA en la creación y restauración de obras.
Desafíos legales en la propiedad intelectual
Uno de los principales retos legales en este caso es la determinación de la titularidad de los derechos de autor. En principio, la grabación y obra original (así fuere una melodía vocal) pertenece a John Lennon, pero la intervención tecnológica y las nuevas contribuciones de McCartney y Starr crean una obra derivada. Según las normativas de propiedad intelectual, cualquier obra derivada requiere la autorización de los titulares de los derechos originales y otorga nuevos derechos a los creadores de las modificaciones.
En este contexto, resulta clave definir cómo se distribuyen estos derechos entre los miembros sobrevivientes de la banda, los herederos de Lennon y las entidades que participaron en el proceso de restauración.
Consentimiento y derechos post mortem
Otro aspecto crítico es el uso de la voz de un artista fallecido. La integración de IA en este proceso podría ser interpretada como una recreación artificial de la voz de Lennon, lo que plantea interrogantes sobre si su consentimiento implícito en la grabación original es suficiente para justificar su uso posterior.
Las leyes de propiedad intelectual en muchos países protegen los derechos de imagen y voz de los artistas incluso después de su fallecimiento, requiriendo la autorización de sus herederos. En este caso, los administradores del legado de Lennon han respaldado el proyecto, lo que legitima el uso de su voz desde un punto de vista legal. Sin embargo, en otros escenarios donde los herederos no estuvieran de acuerdo, podrían surgir disputas judiciales.
El caso de «Now and Then» deja claro que la IA está transformando la industria musical y abriendo nuevas oportunidades de monetización. La tecnología ha permitido que artistas fallecidos vuelvan a sonar en nuevas composiciones y obras.
Para los empresarios del sector musical, la lección clave es que la IA se ha convertido en una herramienta frecuente en la producción de nuevas obras y arreglos. Al igual que en cualquier otra forma de explotación de contenido, el uso de grabaciones de artistas fallecidos o material preexistente requiere licencias y acuerdos legales. Además, esta tendencia abre la puerta a nuevos modelos de negocio basados en la comercialización de obras generadas o modificadas con IA, desde la reedición de clásicos hasta la creación de nuevas experiencias inmersivas para el público.
Si bien la IA genera debates sobre autenticidad y ética, lo cierto es que está redefiniendo la manera en que la industria musical monetiza su catálogo. En este contexto, la clave será comprender cómo navegar este nuevo panorama legal y aprovechar las oportunidades que brinda la tecnología, asegurándose siempre de respetar los derechos de las obras.