La reciente publicación de las directrices generales del Plan Anual de Control Tributario y Aduanero de 2025 pone de manifiesto la evolución del marco de fiscalización en España.
En este plan se detallan diferentes medidas dirigidas a combatir el fraude y garantizar el cumplimiento normativo pensadas para aumentar la transparencia y el control sobre las operaciones empresariales. Todo ello es, sin duda, necesario y positivo, pero también plantea interrogantes sobre el impacto que tendrá en la operativa diaria de las empresas, especialmente en términos de carga burocrática.
Estas son algunas de las novedades más destacadas y cómo, en nuestra opinión, van a impactar en las empresas:
Precios de transferencia: el foco sobre las operaciones vinculadas no es algo nuevo, pero la Agencia Tributaria refuerza ahora su capacidad de análisis con el uso de herramientas automatizadas de detección de riesgos. Esto implica que las empresas con operaciones intragrupo deberán ser más rigurosas en la segmentación de sus cuentas financieras y en la justificación de sus políticas de precios de transferencia.
Esto podría traducirse en una mayor inseguridad jurídica, especialmente para aquellas compañías que operan en sectores con estructuras de negocio complejas. En todos los casos se recomienda fortalecer los procesos documentales y garantizar el cumplimiento con los requisitos del modelo 232 (que verifica el adecuado cumplimiento de las obligaciones de información sobre operaciones vinculadas) para evitar sanciones innecesarias.
Este punto es de especial relevancia en operaciones de cesión de activos intangibles y prestación de servicios intragrupo, dónde tiene una importante repercusión en el Patent Box y en la ejecución de determinadas actividades de I+D+i.
Reducción de la base imponible y fiscalidad de las AIEs: otro punto clave del plan de control fiscal es el énfasis en la deducción de partidas que pueden erosionar la base imponible, como los pagos por cánones de intangibles o los servicios intragrupo. En este sentido, las empresas deberán ahora justificar con mayor detalle la naturaleza de estas deducciones y su vinculación con actividades reales.
En el caso de las Agrupaciones de Interés Económico (AIEs), si bien son figuras perfectamente legales, Hacienda vigilará de cerca su uso para evitar que se conviertan en instrumentos abusivos. Este punto resulta clave para sectores que utilizan estos mecanismos de financiación, como la industria audiovisual o las empresas que se benefician de incentivos fiscales a la innovación.
Comprobaciones limitadas y fiscalización de los créditos: la Agencia Tributaria ha dejado claro que aumentará el número de comprobaciones limitadas para grandes contribuyentes, centrándose en el control del IVA y del Impuesto de Sociedades. Esto implica que las empresas deberán ser más estrictas en la generación y custodia de la documentación justificativa, ya que la inspección se realizará de forma más frecuente y rigurosa.
Asimismo, los créditos fiscales pendientes de aplicar serán objeto de especial escrutinio. Esto es particularmente relevante para aquellas compañías que han acumulado bases imponibles negativas o deducciones fiscales sustanciales. Si bien el plan reconoce que estas deducciones son legales, el mensaje es claro: cualquier intento de inflar artificialmente los créditos fiscales será sancionado. Importante tener en cuenta que esta comprobación alcanzará también a los inversores, al objeto de determinar si han declarado adecuadamente los créditos fiscales procedentes de la entidad y la rentabilidad que, en su caso, hubieran obtenido.
Está claro que la fiscalidad en España sigue avanzando hacia un modelo de mayor control y automatización, donde la preparación y la transparencia serán factores determinantes para evitar sanciones y optimizar la gestión fiscal. El reto para las compañías es adaptarse a las nuevas exigencias sin que ello suponga un freno a su actividad. La clave estará en la planificación y en una correcta asesoría fiscal para evitar riesgos innecesarios. Desde ClarkeModet trabajamos para asesorar a nuestros clientes en los procedimientos adecuados para que ellos solo tengan que preocuparse de innovar.